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La Mancomunidad del Embalse del Atazar atesora rincones y lugares de enorme atractivo, tan sorprendentes como desconocidos, en los que la naturaleza es la indudable protagonista.

El aprovechamiento tradicional y sostenible de los recursos naturales, desde tiempos históricos, ha modelado nuestro territorio; hoy en día, esta tierra de ganado, recorrida por antiguas vías pecuarias, ofrece uno de los paisajes mejor conservados de la Sierra Norte de Madrid, que invitan al senderismo y al disfrute de nuestro medio natural.

La Mancomunidad del Embalse del Atazar se sitúa en una zona de media montaña, en las estribaciones meridionales de la Sierra de Ayllón, en el Valle Bajo del Jarama, en donde se alternan diversos ecosistemas, como encinares, enebrales, fresnedas, quejigares, pinares y roquedos, que albergan en conjunto una valiosa biodiversidad, única en la Comunidad de Madrid.

¡Descubre nuestos valores naturales!

UN PATRIMONIO GEOLÓGICO ÚNICO

Nuestro territorio alberga una geodiversidad única y de enorme valor. Esta es, sin duda, la zona de la Comunidad de Madrid donde podemos encontrar una mayor riqueza geológica, debido a la confluencia de diferentes tipos de rocas.

La variedad geológica y la existencia de los diferentes tipos de rocas posibilitan que podamos contemplar paisajes muy diferentes en la Mancomunidad, desde berrocales graníticos, entre los que destacan Las Cabreras, junto a El Berrueco, a profundas y angostos hoces, como las labradas por el río Lozoya, aguas debajo de las presas de El Villar y de El Atazar, pasando por escarpados relieves y crestas de pizarras. En los terrenos más blandos, en los que predominan las rocas sedimentarias, el capricho del agua ha excavado extrañas cárcavas y cuevas, entre las que destacamos la cueva del Reguerillo, en el municipio de Patones.

Debido a diversos procesos acontecidos con el paso del tiempo, como la tectónica, la erosión y otros procesos geológicos, en la comarca confluye una destacada diversidad de rocas (ígneas, metamórficas y sedimentarias), las cuales son representativas de todas las distintas Eras Geológicas de los últimos 500 millones de años (como el Paleozoico, el Mesozoico y el Cenozoico).

De esta manera, es posible contemplar en torno al embalse de El Atazar prácticamente todos los tipos de rocas existentes en la superficie terrestre (excepto las rocas volcánicas). Los gneises son las rocas más antiguas en nuestro territorio, seguidos por las pizarras y las cuarcitas, procedentes de sedimentos marinos que se depositaron durante el Paleozoico hasta el Silúrico. Posteriormente se originaron los granitos, como consecuencia de la solidificación del magma en las profundidades.

Destacan, entre otros puntos o enclaves de especial interés, el meandro abandonado por el río Lozoya, en Patones. Este meandro, uno de los tesoros geológicos de la Mancomunidad, se formó cuando el agua abandonó el cauce por el que fluía debido a la dinámica erosiva, discurriendo por un camino más corto. En este cauce abandonado se encuentran pequeñas lagunas con forma de media luna que pueden estar rellenas de agua estacionalmente.

Entre las cuevas, sobresale por su valor la Cueva del Reguerillo, en Patones, declarada Monumento Histórico Artístico en 1944. Cuenta con casi nueve kilómetros de galerías, tres pisos, grabados rupestres, restos cerámicos, yacimientos paleontológicos, etc. Presenta una gran relevancia arqueológica ya que constituye una importante fuente de información sobre el Paleolítico Superior en el centro peninsular. Quienes utilizaron la cueva como hogar y refugio durante este periodo grabaron en los muros interiores escenas de sus jornadas de caza y pesca. Contiene uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de la Comunidad de Madrid, fundamentalmente por la aparición de restos de oso de las cavernas, siendo decisiva su aportación para explicar su distribución en Europa. Actualmente esta cueva está cerrada para todo tipo de visitantes.

La variedad geológica de los municipios que componen la Mancomunidad del Embalse del Atazar ha propiciado que desde distintas entidades, destacando la Asociación VALOJA, se haya propuesto la creación y puesta en valor de un Parque Geológico.

UNA AMPLIA VARIEDAD DE BOSQUES

Repartidos por todo la Mancomunidad del Embalse del Atazar se alternan diversos e interesantes tipos de bosques, como encinares, enebrales y fresnedas adehesadas. Destacan por su importancia los quejigares, entre los que se encuentran algunos de los más extensos de la Comunidad de Madrid, acompañados en ocasiones de robles melojos, luciendo una vistosa coloración llegado el otoño. Junto a nuestros cauces prosperan valiosas alisedas y bosques de ribera. Las faldas y laderas de los relieves más destacados están ocupadas por pinares mixtos, de repoblación. Y en las partes más elevadas nos encontraremos espectaculares roquedos.

Pasear y descubrir estos sorprendentes bosques es uno de los mejores planes para disfrutar de la naturaleza a lo largo de todo el año. Nos asombraremos, seguro, que la destacada variedad de especies de árboles que se pueden encontrar en los diferentes rincones naturales de nuestro territorio.

Las especies de árboles más características y representativas son la encina, el quejigo y el roble melojo. Crecen también arces de Montpellier. El pino negral o resinero cubre las laderas y colinas en torno a los embalses, evitando así la erosión del terreno; forman masas puras o aparecen asociados con el pino silvestre, el pino laricio e incluso con el pino piñonero. Por su parte, en la vegetación de ribera, junto a los ríos y arroyos, predominan sauces, chopos, fresnos y alisos, acompañados por zarzas, espinos albares y escaramujos.

CENTENARES DE ESPECIES DE FLORA

La Mancomunidad del Embalse del Atazar y su entorno, enclavado en las estribaciones de la Sierra de Ayllón y en zona de influencia de la Sierra de Guadarrama, constituye una de las áreas de mayor valor botánico de toda la Comunidad de Madrid.

Los diferentes ecosistemas de nuestro municipio dan cobijo a cientos y cientos de especies de plantas diferentes, entre las que hallaremos flores tan vistosas como las de las jaras (Cistus ladanifer), indiscutibles protagonistas del paisaje, junto con los cantuesos (Lavandula stoechas), durante los meses de primavera. ¡No te pierdas la espectacular floración de las jaras, en los meses de abril y de mayo, en la Mancomunidad del Embalse del Atazar!

Encontraremos por supuesto muchas más especies de flores, como las coloridas viboreras (Echium vulguare), las dedaleras (Digitalis thapsi) y los altramuces (Lupinus angustifolius).

¿Y sabías que en Mancomunidad del Embalse del Atazar crecen varias especies de orquídeas silvestres? Durante los meses de primavera podremos localizar algunas de estas maravillas botánicas, como Cephalantera longifolia, uno de los tesoros naturales de nuestro territorio, que crecen en zonas resguardadas.

Recuerda que todas las especies están protegidas, y está totalmente prohibida arrancar o dañar a las plantas. ¡Mejor llévate una foto como recuerdo!

UN PARAÍSO PARA LA FAUNA

Nuestro territorio es un verdadero paraíso para la fauna, destacando especialmente la importancia ornitológica de la Mancomunidad del Embalse del Atazar: a lo largo del año se pueden llegar a ver… ¡más de cien especies de aves diferentes!

Un paseo en torno a nuestras dehesas y zonas arboladas, te deparará la observación de una infinidad de especies de aves ligadas a los bosques mediterráneos, como el abejaruco europeo, la curruca mirlona, el rabilargo ibérico, el picogordo, la alondra totovía, el alcaudón común y la oropéndola europea.

En las zonas con matorral, en los jarales y en los roquedos, aparecen otras especies muy interesantes, como las currucas tomillera, carrasqueña y rabilarga, la collalba rubia, cogujada montesina y muchas otras aves.

Una mención especial merecen las aves rapaces, siendo posible observar en nuestro territorio especies tan espectaculares como el buitre leonado y el buitre negro, con varias parejas nidificantes de ambas especies, el milano real, el milano negro, el águila real, el águila calzada, el busardo ratonero, el azor común. ¡No te olvides tus prismáticos para disfrutar con todo detalle de estos tesoros de nuestra naturaleza!

Además de las aves, durante los meses de primavera y verano podrás disfrutar en la Mancomunidad del Embalse del Atazar de una sorprendente variedad de mariposas, entre otros insectos, que visitan incesantemente la infinidad de flores de las praderas y pastizales. Con paciencia, es posible que observes alguna mariposa arlequín, uno de nuestros más vistosos lepidópteros, que está protegido en la Comunidad de Madrid, además de las llamativas macaones y chupaleches, de gran tamaño.

Entre los reptiles, destaca la presencia de lagartija colilarga, lagartija ibérica, lagartija colirroja y lagarto ocelado, por desgracia, cada vez más escaso. En las charchas y humedales, durante los meses de lluvia, podremos encontrar especies como la rana común, el sapo de espuelas o la atractiva ranita de San Antonio. Los mamíferos, por su parte, se encuentran representados por especies como el corzo, el jabalí y la liebre, entre otros.